Que Sevilla era una ciudad de cine ya lo sabíamos. Las condiciones meteorológicas y el increíble Patrimonio monumental de la capital del Guadalquivir la han hecho un escenario cinematográfico recurrente.
Ahora son también las series de televisión históricas o de inspiración histórica las que se fijan en Sevilla. El último ejemplo lo vivimos el pasado lunes con el segundo capítulo de “El Ministerio del Tiempo” la nueva serie de Televisión Española, donde pudimos ver una recreación virtual del barrio de Triana en 1579.
Sevilla en 1579. Escena final del segundo capítulo de «El Ministerio del Tiempo» de TVE. Fuente: TVE
“El Ministerio del Tiempo” cuenta la historia de tres agentes especiales cuya misión es viajar en el tiempo para evitar que se produzcan alternaciones en la Historia. Esta peculiar brigada está formada por Julián Martínez, un enfermero madrileño de 2015; Amelia Folch, la primera mujer universitaria de la Cataluña del siglo XIX y Alonso de Entrerríos, un hidalgo sevillano del siglo XVI.
Es este último personaje el que nos ha brindado uno de los momentos más emocionantes de la serie para los amantes de la Historia. Al final del capítulo en el que salvan a Lope de Vega, Entrerríos viaja a la Sevilla de 1579 para conocer a su hijo. Lo encuentra en la calle jugando con una espada de madera y tiene una emotiva conversación con él.
Después de ésto el niño sale corriendo por un callejón y mientras el plano se abre escuchamos el sonido de unas campanas. Ante nosotros se alza una majestuosa Giralda que tan sólo 11 años antes, en 1568 había coronado Hernán Ruiz II con el campanario renacentista.
El plano nos muestra una Triana de intensa actividad comercial y marinera con la Sevilla del siglo XVI de fondo. Nos encontramos en pleno reinado de Felipe II, precisamente en el año que es nombrado rey de Portugal. Sevilla es, por entonces, la ciudad más rica e importante del mundo. Según algunos historiadores contaba más de 100.000 habitantes.
La riqueza de la ciudad a la que nos transporta el Ministerio del Tiempo tiene su mejor ejemplo en la Giralda. El antiguo alminar musulmán de la ciudad es rematado en la segunda mitad del siglo XVI con un campanario renacentista. Sobre ella la escultura de la Fe triunfante, una veleta que gira con el viento y de la que la torre toma su nombre. Es un símbolo de la renovación urbana que la ciudad experimenta en esta época gracias al comercio americano.
Esperamos que esta serie nos siga deleitando con momentos tan emocionantes como este en los que reconocer la ciudad que amamos.
